El Hormigón es el producto resultante de la mezcla de un Aglomerante; Arena, Grava o Piedra Machacada (denominados áridos) y Agua.
Antiguamente se empleó en Asia y en Egipto. En Grecia existieron
acueductos y depósitos de agua hechos con este material, cuyos vestigios
aún se conservan. Los romanos lo emplearon en sus grandes obras
públicas, como el puerto
de Nápoles, y lo extendieron por todo su imperio.
Antes del descubrimiento de los Cementos se emplearon como Aglomerantes la Cal Grasa, la Cal Hidráulica,
y los Cementos Naturales. Desde mediados del S.XIX comenzó a utilizarse
en obras marítimas, y a finales del mismo, asociado con el hierro en
forma de Hormigón Armado, en puentes y depósitos, habiéndose extendido su empleo tanto en obras públicas como privadas.
Es un material de bajo precio respecto al Acero, de resistencia similar o mayor a la del Ladrillo, que brinda la posibilidad de construir elementos de casi cualquier forma.
También es buen aislante acústico y resistente al fuego.
La consistencia o fluidez del Hormigón dependerá del contenido de agua de la mezcla.
La plasticidad dependerá del contenido de Áridos finos de diámetro inferior a 0,1 mm., haciendo más fácil la colocación en obra.
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